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Aragón y Alcorisa

A buenas horas...

En el inmovilismo y adormecimiento de la política y el periodismo aragonés, al que sólo le faltaba la Expo como excusa para que nadie se salga del tiesto, al tener ya noticias con las que cubrir sus columnas en los periodicos, a veces, aparecen artículos como el que hoy publica Mariano Gistaín en El Periódico de Aragón:

DELEGACIÓN EXTREMA

Qué ambiente. Biel, que obtuvo un gran éxito (no desaparecer) en las autonómicas y locales con su estrategia de lanzarse a saco seis meses antes, anuncia que va a hacer lo mismo. Claro que sí. Mientras los demás duermen, este hombre arranca su precampaña. Ya nos podemos preparar para que nos ofrezca más líneas de metro. Aunque como son elecciones generales, el metro llegará al más remoto confín. Igual ofrece el FFCC Mediterráneo Santander, como hizo el PSOE. La credulidad del gentío, o el cansancio, o la vulnerabilidad ante la propaganda, son inmensas. Lo más que ocurre es un repunte de la abstención. Ahora resulta que los PGE no recogen con bastante vigor la variable del territorio, como se supone que se ha de hacer según el Estatuto. JAJAJA. El Estatuto es mera poesía, palabras e intenciones. Pero eso ya lo sabíamos. Y lo sancionamos mayoritariamente en las pasadas elecciones votando a los que lo escribieron y lo firmaron. Ah, cachis, quizá no lo leímos. De eso se aprovechan. De que por un lado nos da igual (la presunta participación ciudadana en el Ayto de Zaragoza es una broma), o no tenemos tiempo (¡TIEMPO!) para atender estas monsergas, pero luego querríamos que todo estuviera ok, que hubiera un tren rápido a Francia, que las cosas funcionaran. Ya se ve que esta dejadez ciudadana es un auténtico problema. Porque los políticos tendrían que ser santos (o beatos) para no aprovecharse de esta desidia generalizada, de esta delegación extrema que los teóricos ciudadanos hacemos de nuestros derechos teóricos, y claro, de nuestros deberes. Votar y olvidarnos. Hasta otra vez. Qué más da uno u otro. Votamos por una forma de afeitarse. El cinismo se ha apoderado de todo de tal forma que ya no lo sentimos ni lo padecemos. Sólo sufrimos las consecuencias. Al haberse demostrado que todo vale, que nadie se interesa por nada ni les aprieta las tuercas, ellos van a su bola, a colocar a sus mesnadas, a garantizarse mediante la disciplina y la obediencia ciega el propio asidero al organigrama. Y hacen bien. Si saben que con una mínima campaña (excepto Biel, que se la curra), si se ha demostrado que con una campaña desganada les salen los votos, a qué cambiar.

Esto no quiere decir que no hagan cosas, pisos, tramos, impresos, ventanillaje. Quiere decir que las hacen al margen de la ciudadanía.

A buenas horas, que diría aquel.  Yo también sé hacer periodismo de hechos consumados, sé meter palos cuando se confirman las meteduras de pata, sé apuntarme al carro de los ganadores cuando sé que van a ganar o han ganado (triste victoria, por otra parte).  Pero, eso tiene un nombre: ventajismo e hipocresía. 

Aquí, lo valiente era denunciar lo que este Estatuto nos iba a dar (nada) en contra del resto que nos tachaban de agoreros, radicales y demás, pero, ahora lo hemos visto.  Aquí, lo valiente era denunciar las mentiras y las estupideces de un bicandidato que prometía cosas que ni en 5 vidas podría cumplir, y no criticar ahora cuando, primero, se olvida de Zaragoza y, luego él y su partido, se olvidan de sus proyectos (super-metro) y se bajan los pantalones, una vez más, por un sillón y un coche oficial.

Lo que pasa es que en Aragón siempre llegamos tarde, y lo que es peor, no aprendemos de los errores.   Aún así, yo sigo manteniendo la esperanza de que, algún día, los aragoneses se den cuenta de la clase política que nos gobierna y que les dirige, se den cuenta de que las alternativas no son tal malas ni tan agoreras como ciertos poderes fácticos quieren hacer ver, y que si no empezamos a mirar por lo nuestro nosotros, nadie lo hará.  Ser del Zaragoza está bien para ser "buen" aragonés, pero no es suficiente(puede que no sea ni necesario).

4 comentarios

Dani -

No pasa nada Óscar.

Si vas al Heraldo, pues que te vaya muy bien.

¿Que ciertos poderes marcan las líneas editoriales y los contenidos aquí y en Pernambuco?, vale, pero no por ello voy a dejar de denunciarlo. Es más, incluso muchos trabajadores se atreven a hacerlo, poniendo en riesgo su puesto de trabajo.

Pero yo a lo que me quería referir no es exactamente a eso, sino a que las cosas tienen un valor cuando se dicen en un momento y otro cuando se dicen después. Algunos hablábamos antes, y nos pusieron a parir (y así fueron las elecciones). Otros hablan ahora y se creen los reyes del mundo. Allá cada cual con su conciencia.

oscar -

Pues na, solo decirte que me he pasado por aquí. Yo no comento nada, que estoy a la espera de que me llamen del Heraldo... Y así es como funcionamos aquí, y en Pernambuco.

Adrián -

El Periódico o el Heraldo...¿Qué más da? Juegan a su interés propio, un interés que nada tiene que ver con el de los aragoneses. Penica de país. Salú!

Ángel -

Dices bien Dani, a buenas horas llegan estos. Espero que en el tiempo que nos queda hasta marzo podamos recuperar la ilusión y la confianza de mucha gente para poder seguir siendo la voz, la única voz de este país en Madrid.