El Maestrazgo: Laberinto del silencio
Este año, mis vacaciones, tuvieron como destino el Maestrazgo turolense. A decir verdad, no era mi primera opción, pero ha merecido, y mucho, la pena. Por desgracia, según dicen los técnicos de turismo de los pueblos que visité, lo que más escasea, proporcionalmente, somos precisamente los turistas aragoneses y, en especial, el turolenses.
Y es que, el Maestrazgo quizá no tiene el tirón de otros destinos turísticos de primer nivel de Aragón como el Pirineo, o de otros del Estado como el Cantábrico, o como otros del extranjero pero, si es así, lo es de manera inmerecida, ya que no tiene nada que envidiar a estos destinos a nivel natural, cultural, artístico e histórico.
Alcorisa, mi pueblo, pertenece al Parque Cultural del Maestrazgo pero, no voy a engañar a nadie, no es lo mismo. Alcorisa tiene cosas muy interesantes para ver, tiene muchos más servicios que el resto de las localidades que componen el Parque Cultural, está mejor comunicado,... pero, en contraposición, carece de ciertos elementos que si poseen pueblos muchos más pequeños. En primer lugar, carece de ese silencio que inteligentemente se utiliza como lema turístico del Maestrazgo, ese silencio que se valora tanto cuando uno viene de las grandes ciudades. En segundo lugar, carece de ese caracter de supervivencia que abunda en estos pueblos que tan cerca han tenido y tienen el fantasma de la despoblación (y la desaparición). (Dicho lo cual, no dudéis en visitar mi pueblo, sobretodo en Semana Santa donde el silencio no abunda precisamente, pero es roto por un sonido que a muchos pondrá los pelos de punta.)
El caso es que me he propuesto aportar mi granito de arena a esta batalla contra el olvido que libran los pueblos del Maestrazgo, y voy a colgar en esta bitácora una serie de entregas sobre los pueblos que he tenido el placer de visitar: Pitarque, Montoro de Mezquita, Mirambel, Cantavieja, Fortanete, Valdelinares, Alcalá de la Selva, Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, La Iglesuela del Cid y Las Cuevas del Cañart.
Como podréis comprobar, algunos pueblos no son exactamente del Maestrazgo, pero la cercanía geográfica invita a hacerles una visita. Y digo cercanía geográfica porque las distancias en esta parte de Teruel no siempre se pueden medir en un mapa, pues quizás 25 kilómetros puedan suponer algo más de media hora de camino y, es que, las comunicaciones son otro hándicap que hay que superar para el desarrollo de estos pueblos. Lo son para unos turistas, imaginar lo que tiene que ser para la gente que tiene que moverse por esas carreteras (en algunas ocasiones sería más correcto llamarles caminos) en pleno invierno y con una buena capa de nieve.
Y si las carreteras limitan, y mucho, el desarrollo que estos pueblos buscan mediante el turismo, también lo hacen otras instalaciones que en otros contextos se asocian con el progreso pero que por estos lares no tienen el mismos significado. Y es que nuestros vecinos valencianos decidieron explotar las elevadas cotas de las montañas del Maestrazgo castellonense con la instalación de aerogeneradores que proporcionan electricidad a núcleos urbanos del interior del País Valenciano. Algo totalmente legítimo, en cierto modo, pero es que el impacto paisajístico de esas instalaciones es muchísimo más elevado en el lado turolense donde muchas pequeñas localidades tienen en el turismo natural y cultural su mayor y casi única vía de desarrollo, algo que choca con las "bucólicas" vistas de unos montes coronados con enormes molinos. No voy a ser yo quien demonice la energía eólica ni el resto de energías renovables, si bien creo que, como todo, se deben aplicar y explotar siguiendo una serie de criterios de sostenibilidad y, entre ellos, la sostenibilidad paisajística en aquellas zonas en la que el paisaje tiene una valor añadido.
Pero bueno, el Maestrazgo sigue conservando su encanto, sigue siendo un paraíso para los sentidos perdido en la provincia de Teruel, sigue siendo un lugar al que hay que ir. En futuras fechas os lo demostraré. De momento, para abrir boca, os dejo esta imagen nocturna de la torre de la iglesia de Cantavieja.
3 comentarios
Lorena -
A pesar de contar con bellos parajes, tiene escondida una gran historia que puede apreciarse en cada uno de sus pueblecitos por pequeños que sean (y os la recomiendo como historiadora que soy).
Esperaremos tus proximas entregas sobre el Maestrazgo jeje!!
Besicos!
Adrián -
Salú!
Anchel -
El Maestrazgo es hermoso, vale la pena vivirlo.